viernes, 22 de febrero de 2008

Formas de elocución literaria

Los textos literarios suelen ser una combinación de las tres formas de elocución clásicas: ‎narración, descripción, y diálogo. El retrato y el monólogo pueden ser interpretados como ‎variantes de las anteriores.‎

Narración

Los términos narración o texto narrativo se utilizan en su sentido estricto para hacer ‎referencia a los fragmentos en los que se relatan hechos reales o imaginarios.‎
La narración es una de las formas de elocución más antiguas y de mayor tradición literaria. ‎Es la base del cuento, de la novela, de la leyenda, del poema épico y otros géneros y ‎subgéneros literarios; pero también lo es de buena parte de nuestra comunicación habitual ‎con los demás.‎
Puesto que lo narrado son principalmente acciones, el verbo ocupa un lugar destacado en ‎ella, tanto por su frecuencia, como por su significado.‎
Como el narrador cuenta sucesos ya ocurridos, predominan los verbos en pasado, en ‎especial los pretéritos indefinidos y los imperfectos. Cuando aparecen otros tiempos ‎verbales como conductores de la narración, suelen tener valor de pasado (presente ‎histórico, por ejemplo).‎
La selección de enunciados largos y complejos, con predominio de la subordinación, da ‎impresión de lentitud narrativa, de calma, de estatismo. Los enunciados cortos y sencillos, ‎con predominio de la yuxtaposición, de la coordinación o de las oraciones simples, dan ‎impresión de dinamismo, de velocidad, de movimiento.‎

El narrador

El narrador es el personaje que conduce la historia, presenta a los demás personajes, explica ‎las circunstancias en que se desarrollan los hechos que narra, etc.‎
El narrador puede formar parte de la ficción literaria como un personaje más o separarse de ‎ella. Cuando el narrador cuenta la historia conociendo todos sus hechos pasados, presentes ‎y futuros, hablamos de narrador omnisciente. Cuando el narrador y el protagonista se ‎identifican en una misma persona, decimos que el relato se presenta como una ‎autobiografía. Hay casos en los que la autobiografía es real y otros en los que es sólo un ‎artificio literario.‎

Las personas y el punto de vista

El narrador puede valerse de cualquiera de las personas gramaticales para dar vida a su ‎relato desde diferentes puntos de vista:‎

Narración en primera persona. El narrador participa de los hechos que narra como un ‎personaje más, presentándose a sí mismo bien como el protagonista de esos sucesos, bien ‎como un personaje secundario o bien como mero testigo de ellos.‎

Narración en segunda persona. El narrador se dirige a sí mismo, de forma que se ‎convierte a la vez en narrador y en personaje. Este desdoblamiento es un artificio que se ‎utiliza en algunas narraciones modernas.‎

Narración en tercera persona. Es la más frecuente. El narrador cuenta unos sucesos que ‎ocurrieron a otros personajes ajenos a él.‎

Orden y sucesión de acontecimientos

El orden en que aparecen los elementos de una narración depende de cuál sea el foco ‎considerado de mayor interés dentro de la misma.‎
Si interesa conocer el desenlace de unos acontecimientos, la narración seguirá un orden ‎cronológico desde los primeros hasta los últimos sucesos. En este caso, lo narrado tiene un ‎desarrollo lineal.‎
Si lo que importa destacar no es el desenlace, sino las circunstancias que llevaron a tal ‎desenlace, la narración puede comenzar por los últimos sucesos para después dar un salto ‎al pasado (flash back) y narrar el resto de la historia desde el principio hasta esos sucesos ‎finales, como si se tratara de recuerdos.‎
Cuando se trata de destacar tanto los orígenes o causas como el desenlace, se puede ‎empezar la narración en un punto intermedio de la historia, e ir relatando luego los ‎acontecimientos anteriores y posteriores al punto de arranque. Este procedimiento se ‎denomina narración in medias res ('en mitad del asunto').‎

Descripción

Describir es dibujar con palabras. Definida con más precisión, la descripción es la ‎representación de personas o cosas por medio de la lengua, refiriendo o explicando sus ‎distintas partes, cualidades o circunstancias.‎
En toda descripción interesan las cosas y sus propiedades o características, no las acciones. ‎En consecuencia, en un texto descriptivo predominan los sustantivos y los adjetivos sobre ‎los verbos; abundan los tiempos verbales que se refieren al desarrollo y no al término de la ‎acción (aspecto imperfectivo), sobre todo, los presentes y los pretéritos imperfectos. Se ‎prefiere la yuxtaposición y la coordinación a la subordinación. La ausencia de nexos da una ‎mayor rapidez a la descripción, la multiplicación de nexos le confiere lentitud y estatismo. ‎Se recurre frecuentemente a la comparación como método descriptivo.‎

Clases de descripción

Según lo descrito, podemos hablar de descripción de paisajes y objetos, o de personas ‎y animales. Ambas pueden realizarse de forma realista o impresionista. La descripción de ‎personas se denomina retrato, que suele realizarse mediante la combinación de ‎prosopografía (descripción de la apariencia externa de una persona, los rasgos físicos y la ‎indumentaria) y etopeya (descripción del carácter, acciones y costumbres de una persona). ‎Ni una ni otra suelen aparecer aisladas. Aunque predomine la descripción física, el autor ‎suele introducir comentarios relacionados con el carácter del personaje o hace derivar de ‎los rasgos físicos alguna peculiaridad psicológica de la persona retratada. Según la intención ‎con que se realice el retrato o el tono empleado en su redacción, hablamos de retrato ‎objetivo o subjetivo, laudatorio o satírico.‎
Según el que describe, la descripción puede ser objetiva o subjetiva, estática o ‎dinámica. La finalidad de la descripción objetiva es informar fielmente del aspecto, ‎componentes y otras características de un mecanismo, de un fenómeno, de una reacción, ‎etc. Es más propia de la prosa de investigación que de la literaria. La descripción subjetiva ‎se caracteriza por dar entrada, en mayor o en menor medida, a la opinión del que describe. ‎De hecho, es muy frecuente que, a través de sus descripciones, el autor pretenda influir en ‎la opinión que el lector ha de formarse sobre lo descrito. ‎
Estática o dinámica. En una descripción estática el punto desde el cual se supone que el ‎autor observa es fijo; desde ese punto y mediante una técnica fotográfica más o menos fiel ‎el autor presenta un cuadro de lo que percibe. En la dinámica el autor describe el objeto a ‎medida que va descubriéndolo; con técnica cinematográfica, se va adentrando en una ‎realidad que aparentemente descubre al tiempo que el lector.‎

Diálogo

Aunque el diálogo, el medio de comunicación humana más utilizado y es característico de la ‎lengua oral, también aparece con frecuencia en la lengua escrita, por ejemplo en formas ‎narrativas como la novela o el cuento, en formas expositivas e, incluso, en poesía.‎
Para la trascripción del diálogo puede utilizarse el estilo directo, el indirecto o el indirecto ‎libre.‎
Cuando el discurso de una persona se dirige hacia sí misma o hacia un interlocutor que no ‎se halle presente, se produce un monólogo. El monólogo está sujeto a las mismas formas ‎de trascripción que el diálogo.‎
‎ ‎
Géneros literarios

El concepto de género se ha ido conformando históricamente; se entiende por género un ‎conjunto de constantes retóricas y semióticas que identifican y permiten clasificar los textos ‎literarios; dicho de otro modo, son ciertas técnicas de composición, y ciertas leyes de forma ‎y contenido a las que se someten las obras literarias.‎
Puede resultar sorprendente que aún se utilice la primera clasificación de los géneros, ‎debida a Aristóteles, quien los redujo a tres: épica, lírica y teatro. Hoy se mantiene ‎esencialmente la misma clasificación con distintos nombres (narrativa, poesía y drama), ‎pero la evolución de los gustos y modas estéticas ha provocado que en muchos textos ‎modernos resulte difícil fijar rígidamente los límites entre lo puramente lírico, lo narrativo o ‎lo dramático.‎

El género lírico

Los textos líricos expresan el mundo subjetivo del autor, sus emociones y sentimientos, o ‎una profunda reflexión. Se prefiere para ello el verso a la prosa y se manifiesta ‎profusamente la función expresiva del lenguaje. Tradicionalmente la lírica es una expresión ‎de la experiencia del yo, pero en ciertas formas de la lírica moderna el yo se desvanece en ‎favor de la imagen o de una escena desligada de la subjetividad del poeta.

Formas clásicas

Oda. Originalmente son poemas para ser cantados con acompañamiento instrumental. ‎De tono elevado, la oda clásica estaba destinada a exaltar la vida de alguien, a celebrar un ‎hecho importante o a la descripción intelectual del paisaje. ‎

Elegía. La elegía clásica era un canto nostálgico e intimista de tema variado (el amor, la ‎muerte, la guerra, la política...). La elegía medieval (planto o llanto) mostró predilección por ‎la elegía para expresar lamentaciones funerarias y, aunque en los siglos de oro la temática ‎de la elegía era variada, en la poesía moderna se ha mantenido la tendencia medieval de ‎preferir la forma son elegíaca sólo para las composiciones cuyo contenido está centrado ‎en la muerte. ‎

Sátira. Forma poética propiamente latina que emplea la ironía, la alusión o la burla para ‎mostrar la locura o la maldad, señalar las debilidades humanas y alertar sobre las ‎conductas reprobables. Durante el Renacimiento se atribuyó falsamente a la palabra sátira ‎un parentesco etimológico con sátiro por lo que se utilizó con frecuencia para designar las ‎burlas lascivas en verso. ‎

Epístola. Carta formal y moralizante escrita en verso y destinada a su publicación. ‎Aborda siempre temas filosóficos o morales. ‎

Égloga. Evocación idealizada en verso de la vida pastoril y del contacto con la ‎naturaleza. ‎

Epigrama. Poema mordaz, agudo y conciso, generalmente escrito en verso. En Roma se ‎desarrolló el epigrama como una breve sátira en verso que acababa con alguna expresión ‎punzante. Desde el Renacimiento italiano, el epigrama adopta en la poesía occidental la ‎forma del soneto. Las gregerías de Gómez de la Serna y los proverbios de Machado, ‎pueden ser considerados modernos ejemplos de epigramas. ‎
Formas populares

Villancico. Canción estrófica de carácter profano que surgió en el siglo XV en España. ‎Consta de un estribillo que alterna con una o más estrofas de versos octosílabos. Tanto la ‎rima como el número de versos son variables. Aunque trata de temas muy variados suele ‎predominar lo religioso. En general, se escribe para ser cantada con acompañamiento ‎instrumental. ‎

Canción. Texto corto, lírico o narrativo, acompañado de música. ‎

Romance lírico. Aunque originalmente el romance es de carácter épico, pronto ‎surgieron variantes líricas que se solían declamar con acompañamiento musical o se ‎transmitían como cantos infantiles. ‎
El género épico
El autor narra y hace hablar a los personajes. Hay textos épicos o narrativos en verso y en ‎prosa, y la función dominante suele ser la referencial.‎
Formas

Epopeya. Género poético de estilo majestuoso que relata sucesos legendarios o ‎históricos. Por lo general se centra en un individuo, lo que confiere unidad a la ‎composición. A menudo introduce la presencia de fuerzas sobrenaturales que configuran ‎la acción, y son frecuentes en ella las descripciones de batallas y de escenas de la vida ‎cotidiana. Las principales características del género son la invocación de las musas, la ‎afirmación formal del tema, la participación de un gran número de personajes y la ‎abundancia de parlamentos en un lenguaje elevado. ‎

Cantar de gesta. Forma popular equivalente a la epopeya culta, o derivada de ella, en la ‎que se narran las hazañas de un héroe histórico o un personaje legendario. De tradición ‎oral, se componía para ser cantada por juglares o por los propios trovadores. ‎

Novela. Su auge en los siglos XIX y XX ha sido tal, y sus variantes tan dispares, que ‎resulta difícil una definición rigurosa. Suele entenderse por novela una narración extensa ‎en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto y su ‎desarrollo que se resuelve de una manera positiva o negativa. Con frecuencia hoy se ‎prefiere para designar al género el término más amplio y ambiguo: narrativa e incluir en él ‎al cuento. Un tratamiento más detallado de este subgénero puede verse en Características ‎de la novela (J. C. Carrillo).‎

Cuento. Narración breve de un suceso imaginario. Aparecen en él un reducido número ‎de personajes que participan en una sola acción con un solo foco temático. Aunque ‎tradicionalmente poseía una intención moralizante, hoy su finalidad suele ser provocar en ‎el lector una respuesta emocional. ‎

El género dramático

El autor no habla por sí mismo sino que hace hablar a sus personajes. Puede estar ‎compuesto en verso o prosa y habitualmente están presentes todas las funciones del ‎lenguaje. Aunque puede ser leído, se escribe para ser representado. Un tratamiento más ‎detallado de este género puede verse en Características del teatro (J. C. Carrillo).‎

Formas mayores

Tragedia. Según Aristóteles la tragedia es una mimesis de una acción seria y acabada en ‎sí misma, la cual, mediante una serie de casos que provocan compasión y terror, produce ‎el efecto de levantar el ánimo y purificarlo de tales pasiones (catarsis). La definición ‎aristotélica sigue siendo generalmente aceptada. ‎

Comedia. Se diferencia de la tragedia en el tono menor y más alegre de la acción, en la ‎intervención de personas comunes y, especialmente, en su final feliz.. ‎

Tragicomedia. Forma dramática en que se combinan el elemento trágico y el factor ‎cómico.

Formas menores

Entremés y sainete. Piezas breve en un acto, en prosa o en verso, de tema ligero. El ‎origen del sainete se encuentra en la tradición popular y posee un humor festivo y ‎picaresco. Solía representarse en los entreactos de obras mayores. El sainete deriva del ‎entremés y acentúa lo humorístico y popular de este último. ‎

Auto sacramental. Obra de carácter alegórico que trata sobre un dogma de la Iglesia ‎católica y tiene como fondo la exaltación del sacramento de la Eucaristía. ‎

Melodrama. Nombre que se daba antiguamente a la ópera y que en el siglo XIX recibían ‎determinadas obras dramáticas de tipo folletinesco, convencional, caracterizadas por sus ‎fáciles concesiones a un público sensiblero. ‎
El género didáctico
Aunque no se ajusta a la clasificación tripartita aristotélica, conviene incluir además el ‎género didáctico, que se distingue, básicamente, por su finalidad. El autor, cuyo fin ‎primordial es enseñar, procura adornar el texto con elementos literarios que lo doten de ‎una forma atractiva (prodesse et delectare). Se compone principalmente en prosa y la función ‎predominante en él es la referencial. Sus formas clásicas son los diálogos y coloquios, que ‎se adscriben también al género dramático, y el ensayo.‎
‎ ‎
‎ ‎

No hay comentarios: